Unicornios
La magia del sector
No sé cómo de puestos estáis en esto del marketing, el diseño, la programación, los ordenadores, la sociología, los dragones, los ancianos del internet custodios del gran router y demás seres y rincones mágicos que componen el vasto reino de… tengo un negocio, quiero que me vean más que al de al lado, que me vean en todas partes, y por supuesto vender.
Bueno, sepáis lo que sepáis del sector, nunca va a ser suficiente. Ya os aviso.
Voy a compartir algunas experiencias vitales con vosotros, mis incondicionales, esos que os estabais preguntando dónde leches se habrá metido ahora ésta, que hace la tira que no escribe nada. Y también con los que llegáis aquí por chiripa y os gusta leer.
Resulta que, aunque siempre he tenido claro que lo mío no es trabajar por cuenta ajena porque se me desbordan las ideas por encima de la glotis y esto no siempre está bien visto, soy una cagueta de manual, y lo de emprender me está costando lo mío. HazloÚnico, como idea, lleva gestándose desde… pfffff, he perdido la cuenta. Allá por 2017 empezó a tomar forma. Uní fuerzas y conocimientos con unas amistades «del sector«, pero la falta de dedicación completa al proyecto y algunas diferencias creativas y de concepto hicieron de aquel intento un fracaso absoluto. No sin enseñarme lecciones muy valiosas y abrirme los ojos.
Entre tanto, he ido saltando de trabajo en trabajo, siempre dentro de «mi sector», o al menos, el que mi currículum formal dice que es. Yo soy principalmente programadora, porque la vida me ha llevado por estos derroteros, y porque es un oficio en el que es fácil encontrar trabajo (y mantenerlo, si te gusta lo que haces y sabes dónde están los límites de lo que esperan de ti). En realidad, yo me siento creativa. Yo me formé (también, y en primer lugar) para ser diseñadora gráfica, porque lo mío es trasmitir, ya sea de manera visual o escrita.
Experiencias vitales
En mis andanzas laborales me he tropezado con muchas pymes y mini pymes. Normalmente, en todas ellas, alababan haber dado con un perfil tan polivalente.
«Eres de esas criaturas místicas, que sabe hacer un poco de todo y conoce, y abarca, el abanico entero.»
(Empresari@ Random.)
Bueno, sí y no. No sé hacer un poco de todo. Sé hacer un mucho de algunas cosas, un poquito de otras y nada en absoluto de las que quedan por enumerar. ¿Pero sabéis cuál es la principal diferencia entre otros candidatos? Que no me considero experta en ninguna, y eso me otorga la maravillosa virtud de la modestia (poner aquí la sonrisa socarrona del sarcasmo), y la absoluta certeza de que, si no investigas, si no te formas, si no te molestas en saber un poco más, no sólo no te especializas, sino que ni los cafés te saldrán tan buenos como para justificar tu sueldo.
También sucede con perfiles polivalentes como el mío que, ni el propio empresario sabe lo que quiere de ti, lo que puedes hacer por la empresa o cómo sacar partido a todo eso. Y si lo juntas con la soberbia del que «sabe más que tú de todo, porque para eso es su empresa», la historia termina siempre igual. Frustración por mi parte por no aprovechar mi potencial, confinada en un cubículo picando código en un proyecto estructurado con el ojete, porque… ¿Dónde vas tú a decirles cómo dar forma a sus ideas y perder tiempo en construir unas bases firmes? Tú empieza a programar, y ya iremos añadiendo cosas sobre la marcha.
Señores del mundo de la pequeña y mediana empresa. No, así no.
Se necesita tener muy claro el rumbo, fijar objetivos claros y desarrollar estrategias para alcanzarlos. Se necesita más tiempo para reflexionar, documentarse, estructurar, que para picar código o plasmar un diseño. Y sobre todo, se necesita un buen equipo de profesionales a cargo de las tareas, cada uno con sus funciones bien definidas.
¿Esta idea desvirtúa perfiles como el mío? Pues no, no creo. Se necesitan expertos en varios sectores concretos para potenciar una marca, y aunque estos sectores están relacionados entre sí, y los conocimientos de unos son necesarios para nutrir a los otros, normalmente no comparten una visión global del proyecto.
¿Tirando piedras a mi tejado?
Entonces ¿Tú defiendes la postura de que una sola persona puede llevar el departamento de marketing, el de programación y el de diseño? Ni de coña. una sola persona no puede abarcar todas las tareas de todos los departamentos implicados en el proceso.
No se puede ser experto en posicionamiento, la caña en branding, un pro del frontend y del backend. Además, un comunicador nato, un maquetador meticuloso acérrimo del pixel perfect y estratega, todo junto en un sólo ser que; te crea la imagen de tu marca, le otorga voz propia, define sus líneas e idea estrategias apropiadas para los objetivos marcados, te diseña la web, te la maqueta, te la programa, te la gestiona, te hace las campañas de email marketing, te redacta el contenido y lo nutre de términos apropiados para el posicionamiento y la buena reputación, te prepara el café de media mañana, acompañándolo con una sonrisa… y seguro que me dejo alguna cosica sin mencionar.
El oráculo
Peeeeeeeeeeeeeeero… sí se puede tener una idea global de todo esto, y conocimientos suficientes como para delegar cada tarea en las mejores manos.
Yo no sé vosotros, no sé cada uno qué ha tenido que pelear en su carrera para trabajar gustosamente, bien. Pero como ya os decía antes, nunca se sabe suficiente de este vasto sector como para desempeñar todas las tareas que se enumeran en las ofertas que alguien como yo mira en InfoJobs.
Para los que buscan unicornios y pagan mulas, el fracaso está garantizado.